Mira, es fácil.
Aquí vas a poder dejar tu correo para que yo te mande un valioso email al día dándote algún consejo sobre ciclismo.
Aunque es posible que acabes comprando algo, mi boletín diario de ciclismo es completamente gratis.
Bueno, ciclismo solo no. El ciclismo es más cosas.
Si pones tu correo abajo te llevas mi boletín diario
Antes de que me digas que soy un flipao, gilipollas o vendehumos, te explico por qué digo esto.
Vamos a ver.
El ciclismo no son datos, métricas, test, entrenos, tecnología y demás palabras propias del diccionario ciclista.
Qué va.
El ciclismo es parte de nosotros. Es en lo que decides invertir tu tiempo libre. Es tu tiempo de vida.
Estoy seguro que has pensado en salir en bici en alguna de estas situaciones.
Cuando estás cambiándole el pañal a tu hijo.
En la boda tu primo, al que no ves desde su comunión, pero tienes que ir por cojones.
Y espérate porque encima las bodas suelen ser los fines de semana…
Ah, y por supuesto en el trabajo, o en clase. Más vale que tu compañero no sea ciclista también. Porque no vais a parar en todo el día.
Las probabilidades de que tu jefe te despida, (os despida) aumentan significativamente.
Bueno…
Después de la chapa que te acabo de dar, hablando de bodas, primos, pañales y jefes, supongo que ya entiendes por qué digo que el ciclismo es más de lo que parece.
Y que también entiendes por qué mis emails no hablan solo de ciclismo.
Y por qué, a parte de convertirte en mejor ciclista, mi email diario puede ayudarte en otros problemas de la vida.
Así que si quieres unirte a los que ya lo están recibiendo, deja el correo por ahí abajo.
Cada día que pasa sin que estés suscrito, tú te pierdes un email.
Tú mismo.
Igual en ese email daba la clave de por qué te cuesta seguir el ritmo de tu grupeta, y encima te daba la clave para solucionarlo.
O quizás te cuente por qué es un ERROR GRAVE desayunar avena y yogur antes de una prueba o de un entreno duro.
A pesar de que el influencer de turno te diga lo contrario.
Sobre esto último tengo una anécdota graciosa que te va a interesar.
Mira.
Antes de graduarme en ciencias del deporte y tener algo más de idea, leí en un post de cierta red social que para rendir bien había que comer 120 gramos a la hora de hidratos de carbono (lo cual es muchísimo para casi cualquier ser humano).
Así que yo me lo tomé al pie de la letra.
Como todas las mañanas, yo desayunaba mi tazón de avena con yogur que cierto influencer recomendaba.
Tenía muchos seguidores, así que pensé que su recomendación me ayudaría.
No?…
Pues no.
Juntar tantísimos hidratos de carbono con ese desayuno no me sentó nada bien. Desencadenó en una combinación explosiva.
En medio de mi entreno.
Creo que no hace falta que de muchos detalles…
Vaya, me marqué un Dumoulin en el Giro del 2017 de manual. Si no sabes a lo que me refiero, búscalo en google.
No sé si hay moraleja en esta historia. Lo que sí sé es que en mi boletín no encontrarás humo (ni mierda). Para eso ya están las redes sociales (y Tom Dumoulin).
Vaya…
Llega el final de la página y yo no te he contado eso de por qué es un ERROR GRAVE desayunar avena y yogur.
Menos mal que lo voy a contar en alguno de mis próximos emails. Pero si llegas tarde ya lo habré contado. Y te puedo asegurar que yo no reciclo emails.
Se perderá para siempre.
Ahí abajo tienes el botón de suscribirte. Quizás aún estés a tiempo de descubrirlo. Yo eso no lo puedo saber, pero el tiempo corre.
Te dejo ahí el botón y ya haces lo que quieras.
PD: Es rellenando lo de arriba